martes, 19 de noviembre de 2013

y a la Tierra, más chica, se hacían de un raro color

Iba en un taxi saliendo del barrio El Ingenio, la radio del vehículo sonaba suave, sintonizaba una emisora en la que tocan salsa todo el día. Seguí la canción en la mente, cantándola. Volare, oh oh. Cantare oh, oh... el sol estaba radiante, tomamos una avenida en la que había mucho verde, pintaba seccione del cerebro, y el cielo azul, y todo extasiaba. El conductor del taxi cantaba, golpeaba su tablero y el volante imitando la percusión o la clave, la clave de la salsa. ¿Era un nuevo comienzo, el mismo de la primera vez que vine a esta ciudad? rostros que nunca había visto en mi vida me sonrieron al saludarme. Gente que no tenia idea existiera me estrechó la mano. Es trabajo, me decía, trabajo y nada más; es la vida. Tengo una sensación extraña en el pecho. Soy demasiado ingenuo, la verdad es que soy yo el rostro nuevo en todo esto, la mano la estreche yo y la sonrisa fue mía. Sólo es la vida, nada más. Lo veo, ahora estoy ahí. Azul, pintado de azul... y no es Puerto Rico.


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